El mundo de los extintores de incendios puede parecer muy sencillo a priori, pero cuando te adentras en él siempre acabas dándote cuenta de su complejidad. Si alguna vez has necesitado adquirir un extintor te habrás visto en la tesitura de no saber cuál escoger entre tantos tipos y modelos.

Lo mismo te ocurrirá si estás tratando de hacerte con algunos extintores a día de hoy; pero por suerte desde SELISA estamos aquí para resolver todas tus inquietudes al respecto. ¿Cuántos tipos de extintores existen? ¿Cuál me interesa más? Presta atención porque a partir de ahora te vas a convertir casi en un experto, ¡pero no nos quites el trabajo!

Clasificación de fuegos

Antes de meternos en faena hablando de los tipos de extintores conviene que hablemos brevemente de la clasificación estándar que se hace del fuego. Para que nos entendamos, esto tiene que ver básicamente con el origen de las llamas; aunque pueda parecer una tontería, el material que está ardiendo es clave para poder escoger el tipo de extintor. Más adelante lo entenderás mejor.

  • Fuegos de tipo A: son aquellos cuyo origen reside en un combustible sólido, como la madera o el cartón, entre otros.
  • Fuegos de tipo B: en este caso hablamos de fuegos alimentados por gasolina, pinturas o aceites, es decir, los incendios derivados de combustibles líquidos.
  • Fuegos de tipo C: este tipo de fuegos viene provocado por gases como el butano o el gas ciudad.
  • Fuegos de tipo D: los combustibles metales son el menos común de los orígenes del fuego, pero también están clasificados porque algunos, como por ejemplo el magnesio, son susceptibles de arder.

Tipos de extintores

Ahora que ya conocemos los tipos de fuego, podemos adentrarnos definitivamente en el mundo de los extintores; y es que, como veníamos diciendo y verás en seguida, dicha clasificación condiciona mucho la clase de extintor que debemos utilizar en cada caso.

Extintores de agua

Los extintores de agua son los más sencillos que hay. Su actuación es eficiente cuando se emplea en las situaciones indicadas; sin embargo, lo cierto es que únicamente resulta útil cuando se trata de incendios provocados por combustibles sólidos y sin corriente eléctrica. Por tanto, solamente sería válido para incendios del tipo A.

Como es evidente, el agua y la luz no se llevan bien, y emplear un extintor de este tipo en un incendio cercano a una red eléctrica sería contraproducente. Del mismo modo, si los combustibles son líquidos es probable que, por las diferentes densidades de los mismos, el agua quede por debajo y su uso sería completamente inútil.

Extintores de agua pulverizada

En esta ocasión, cuando se trata de extintores a base de agua pulverizada, nos encontramos ante un caso similar al anterior. No obstante, este tipo sí sería apto para los del tipo B, además de su ya citada idoneidad para los fuegos calificados como A. Aun así, tampoco sería el más indicado para los primeros.

Extintores de espuma

Digamos que los extintores de espuma son los que reúnen las mejores condiciones para afrontar los mismos fuegos que las opciones anteriores. Son perfectos para afrontar principios de incendio de los tipos A y B, aunque nuevamente deberán mantenerse siempre alejados de la corriente eléctrica por motivos obvios.

Extintores de polvo

Los dispositivos cuyo agente extintor es el polvo son los más habituales para fuegos interiores. Con total seguridad, son los que más has visto en cualquier edificio, y esto es porque son idóneos para combatir las tres clases de fuego más comunes: los incendios incipientes de tipo A, B o C se pueden abordar perfectamente con un extintor de polvo.

Además, otra de las bazas a la hora de adquirir estos equipos es su nula peligrosidad ante la red eléctrica, algo que, en las tres posibilidades anteriores es una carencia evidente.

Extintores de gas

Anteriormente cargados con gases halógenos, y tras la prohibición de los mismos con sus correspondientes reemplazos, los extintores de gas tienen el mismo cometido que los anteriores: luchar contra los incendios de tipo A, B y C. ¿Su mejor cualidad? Que evitan la propagación de las llamas con extrema rapidez.

Extintores de CO2

Al igual que en los dos ejemplos anteriores, el CO2 nos ayudara a afrontar fuegos de los tres primeros tipos; eso sí, con algunos matices positivos. ¿Por qué son tan usados los extintores de CO2? Porque además de ser unas perfectas armas para sofocar fuegos, lo hacen con menos riesgos. Nos explicamos: si lo que está ardiendo son materiales de inmenso valor, el gas va a estropearlos menos que la espuma, el polvo o, por descontado, el agua.

Extintores de polvos especiales

Por último, seguro que has echado en falta hasta ahora los extintores destinados a apagar incendios del tipo D. Pues bien, aunque no sean los fuegos más frecuentes, también existen dispositivos preparados para combatirlos, si bien, no podemos definir un compuesto concreto porque al referirnos a metales hablamos de composiciones muy diferentes.

Hay extintores que pueden resultar perfectos para un fuego y muy contraproducentes para otro, dependiendo del metal o la aleación.

Tamaños de extintores

En este apartado no nos vamos a detener demasiado, porque, aunque cada maestrillo tiene su librillo, no nos podemos olvidar de que el de los extintores es un mercado homologado y muy estandarizado, por lo que no puede haber demasiadas diferencias en los tamaños.

Por lo general te encontrarás con dispositivos de 1, 2, 5 o 6 kilos en los tamaños más pequeños -y habituales-, mientras que si buscas un tamaño grande podrás adquirirlos por 25 o 50 kilos, en estos casos con ruedas para lograr un transporte más ágil y cómodo.

De todos modos, cada tipo de extintor suele verse más frecuentemente en algunos de estos tamaños; por ejemplo, cuando hablamos de espuma lo común son 6 kilos, mientras que los de CO2 suelen proporcionarse en tamaños de 2 o 5 kilos.

En SELISA encontrarás el extintor que más te interese

Aunque para tipos de extintor, los que te proporcionamos en SELISA. Es cierto, nosotros somos una compañía, no una clase de extintores, ¡pero vaya compañía! Vendemos, instalamos, mantenemos, reparamos y sustituimos, y todo con una gran experiencia, con total profesionalidad y al mejor precio; ¿se puede pedir algo más? Contacta con nosotros y pongámonos manos a la obra.